LA LECTURA DE POEMAS PARA NIÑOS ¿DISTINTA?

Los poemas infantiles tienen categoría igual que los poemas que gustan los adultos. No son distintos. Los poetas que los crearon pocas veces se propusieron crearlos especialmente para los  niños. Simplemente los crearon. De entre todos, algunos tienen alguna característica misteriosa que los hace ser preferidos por los niños. ¿Es la anécdota que refieren? ¿Es el ritmo de los versos? ¿Es el lenguaje? ¿Quién podría saberlo? Hay algo, sin embargo, que es preciso decir: los poemas de que se apropian los niños se valen de los mismos recursos de toda poesía y necesitan ser leídos con la actitud con que nos acercamos al arte poético en general. ¿Cómo? Intentaremos mostrarlo haciendo la siguiente experiencia: leyendo, primero, un poema “para mayores” de Edith Södergran,  una extraordinaria poeta finlandesa que murió joven, enferma de tuberculosis, apenas pasados los treinta años; y, luego, leyendo un poema que puede ser “para niños”, del poeta peruano Antonio Cisneros, considerado entre los mejores de la literatura latinoamericana contemporánea. Más

UN MOMENTO DE POESÍA EN EL AULA

Los invito a ver un fragmento de un lindo documental, titulado “Ser y tener” (Etre et avoir, en francés). Son menos de 3 minutos que muestran a niños de una escuela unidocente del campo francés. Por eso se ve niños de diferentes edades. Ellos recitan poemas para sus compañeros (recuérdese que se trata de una escuela con poquísimos niños) y no para un público mayor. Entre nosotros sucede que algunos niños recitan poemas en alguna “actuación” para los padres, pero no lo hacen para los demás niños, como en el fondo debiera ser.

Véase cómo la niña más pequeña del salón, Lissette, está aprendiendo un poema, que luego va a recitar. Como la niña no sabe leer, el maestro dice un verso y ella lo repite, pero, como se ve, con todos los demás niños cerca. Así, ellos también aprenden el poema, o si lo conocen, seguramente  van repitiéndolo en silencio. Tal vez es este el mejor procedimiento para que los niños aprendan de memoria un poema.

En el fragmento que mostramos, se puede ver cómo todos los niños disfrutan, lo cual se muestra en los aplausos espontáneos que arranca un niño a los demás (Dicho sea de paso, es el más travieso del aula). Ese disfrute es precisamente lo que buscamos.

Es lástima que no pueda compartir toda la película. En Youtube se puede ver otros fragmentos. La dirección es esta:

http://www.youtube.com/watch?v=5gHuxjtsp38

 

 

MARIA ELENA WALSH

María Elena Walsh fue una gran poeta latinoamericana. Se nos fue en enero de este año de 2011. En su homenaje podríamos repetir los últimos versos de las coplas de Jorge Manrique, que nos vienen desde hace quinientos años: “que aunque la vida perdió, /dexónos harto consuelo/ su memoria”. Y nos dejó, entre innumerables poemas, muchos que podremos compartir con nuestros niños y niñas. Los maestros tendríamos que estarle muy agradecidos por su obra.

Hay en Internet una página excelente. En ella, además de breves notas para su biografía, se pueden encontrar sus poemas y muchos videos.  La dirección es esta:

http://www.mariaelenawalsh.com

Basta pulsarla para encontrar un material maravilloso.

M.V.R.

LA VACA ESTUDIOSA

La vaca estudiosa

(María Elena Walsh)

Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.

Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.

Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.

Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.

La vio la maestra asustada
y dijo: –Estás equivocada.

Y la vaca le respondió:
– ¿Por qué no puedo estudiar yo?

La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.

Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.

La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.

La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.

Y como el bochinche aumentaba,
en la escuela nadie estudiaba.

La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.

Un día toditos los chicos
nos convertimos en borricos.

Y en ese lugar de Humahuaca
la única sabia fue la vaca.

(http://www.mariaelenawalsh.com/lavacaestudiosa.htm)

 

Conviene que el primer contacto de los niños con un poema sea mediante la lectura en voz alta por parte del maestro. La lectura del docente, que conoce el poema y es capaz de leerlo bien, hará posible que los niños experimenten una primera impresión agradable, y sobre todo la melodía que suele caracterizar los poemas en verso. Los niños, aun sin comprender totalmente el sentido, percibirán la musicalidad del texto, y serán ganados para continuar con una lectura más atenta del poema. Un gran poeta inglés contemporáneo,  Dylan Thomas, nos cuenta la manera como influyeron en él sus primeras experiencias con la poesía, cuando él aún no sabía leer:

 «Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras, sólo de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querían decir tenía una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente mayor que, por alguna razón, vivía en mi mundo.» (Dylan Thomas. «Manifiesto poético”. En la revista Quimera, No. 21 22, 1982)

No importa el grado que usted tenga a su cargo. Léales a sus niños y niñas el hermoso poema de la escritora argentina María Elena Walsh, poema  que ya es parte del patrimonio poético de América Latina. Hágalo como si fuera un cuento, dicho en estrofas y versos. Verá cómo gustan de él. Y cuéntenos cómo fue la experiencia.

(Conste que no estamos diciendo para qué grado conviene. Ustedes dirán.)

LA POESÍA EN EL AULA

Manuel Valdivia Rodríguez

Afinar la sensibilidad del niño para la intuición de la belleza es, sin duda, una importante tarea de la escuela. Y no hay otro modo de hacerlo que compartir con los niños los objetos capaces de producir una emoción estética. Una canción, una fotografía, un afiche, un poema, una planta con flores son siempre accesibles. Si son hermosos, obrarán solos. Sólo se requiere presentarlos de modo conveniente.

Los textos literarios son, precisamente, obras cuyo valor reside en su belleza. Sea que se refieran a contenidos superiores, sea que traten asuntos modestos, siempre tendrán el brillo especial que irradia de su calidad formal. Y su lectura desempeñará un rol trascendente en la formación espiritual de la persona. Manuel Moreno Jimeno, poeta y maestro, resumía del modo siguiente lo que puede decirse sobre la lectura creadora:

 «…lo que se lee aclara las mentes, ennoblece los sentimientos, enriquece la sensibilidad, aviva los poderes de la imaginación, dirige y guía las buenas acciones. Y esta función la cumple en primerísima instancia la lectura literaria porque comunica experiencias humanas de la más alta calidad y profundidad.»

Los textos literarios deben estar presentes en el aula, no sólo como material de lectura en las sesiones de Comunicación, sino, también, de otras maneras: en los rincones de lectura, en los murales, en los periódicos escolares, en la revistas manuscritas, en las ocasiones festivas. Así, habrá la oportunidad para que logren despertar en cualquier momento alguna fibra sensible. A partir de allí, los niños buscarán por sí solos otros textos. Tal vez no será en el momento, pero puede ser en el futuro.

MORRONGUITA

– Gatita morronguita,
¿dónde estuviste?
– En el molino.

– Gatita morronguita,
¿y allí qué hiciste?
– Molí triguito.

– ¿Y qué hiciste con la harinita?
– Galletitas.

– Gatita morronguita,
¿con quién te las comiste?
– Yo solita.

– ¿Tú solita?
– ¡Ay, qué mal educadita!

 

Apuntes para el trabajo en el aula
«Morronga» es una manera de referirse a la hembra del gato. Se diría que aquí hay una redundancia, pero poco importa. Es una licencia que el creador se tomó para jugar con el ritmo. Además, como que el poema cobra calidez con la reiteración de los diminutivos.  

El poema se presta para una recitación con mucho color en la entonación. Puede ser recitado en forma coral o puede prestarse para un pequeño juego teatral, con dos niños en los dos papeles. Así, cambiando de parejas, pueden intervenir varios niños y niñas. ¿Por qué no?

A MODO DE PRESENTACIÓN

Hace ya varios años publiqué en la editorial de Danilo Sánchez Lihón, “Instituto del Libro y la Lectura-INLIL”, una antología de poemas para niños. No sé si volveré a publicarla, aunque me gustaría, porque podría ser notablemente más amplia, pues el tiempo ha permitido que la cosecha sea mayor. Ante la duda, aprovecho una herramienta de la Internet, aquella que llamamos un blog, como un medio de tender un puente hacia los maestros. Retomo, pues, el trabajo, con la idea de compartir textos plenos de poesía, de autores hispanoamericanos, combinando su publicación, de cuando en cuando, con ideas para su empleo en el aula. Aunque he dedicado mucho de mi trabajo a la didáctica de textos funcionales, siento que tengo una deuda con la pedagogía de los textos literarios y quiero saldarla con este blog. Como inicio del mismo, reproduzco, sin cambiarle ni una coma, lo que dije como presentación de la antología mencionada. Hoy, diría lo mismo que hace una década. Este fue el texto: Más

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